Solo lamento no ser un niño para poder creer en mis sueños o un loco, para poder alejar de mi alma a todos los que me rodean.
Tomar el sueño como algo real, vivir demasiado los sueños impuso esta espina a la rosa falsa de mi vida soñada, que ni siquiera los sueños me agradan, porque les encuentro defectos.
Ni siquiera pintando ese cristal en coloridos tonos me oculto el rumor de la vida, ajena a mi estar observándola, tan del otro lado.
Dichosos los constructores de ideas pesimistas! No solo se amparan en ellos mismos de no haber hecho nada, sino que además se alegran de lo que explican y se incluyen en el dolor universal.
Yo no me quejo del mundo.
No protesto en nombre del universo.
No soy pesimista. Sufro y me quejo, pero no sé si lo que hay de malo es el sufrimiento, ni sé si es humano sufrir. Qué me importa saber si eso es cierto o no?
Sufro, y no sé si merecidamente.
Yo no soy pesimista. Soy triste.
Fernando Pessoa.
1 comentario:
me lucí pidiéndote letras, y hoy releyendo nuevamente tu página he visto tu firma en este escrito que no pensé el primer día que era tuyo... debes disculparme... qué despiste el mío!!!!
Tendremos que alegrar nuestros blogs algún día, no??
Voy a ver si me inspiro algo..
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